sábado, 5 de febrero de 2011

En el camino a Ítaca...

Te enseñare secretos a la luz de los sueños,
mientras caminas como una antigua diosa,
mientras realizas danzas de amor
bajo la vibración de una cítara,
dejando caer el velo que anuda tu cintura,
y ebria de vertigo te depositare
sobre el marmol de mi descanso...
Creare un monolito que afrente tu templo,
te enseñare a amar su geometría vacilante,
su disonante cadencia,
y esculpiras tu sello en su cima.
Yo descendere a tu reino de entre montañas y bosques,
hasta tu secreto recinto,
donde una lejana oración retumba entre tu piel,
ungiré el camino con el místico óleo de mis besos,
doblegare la puerta de tu templo,
e iniciare el canto que pueda licuar las piedras,
demoler montañas,
que pueda hacer soñar a tu alma...

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